16/7/12

Producir una sonrisa

Son experiencias como estas las que dan sentido a nuestras vidas. Bueno, tal vez he exagerado y no le den sentido, pero sí estoy seguro que muchas veces son la razón de la cuál obtenemos nuestras fuerzas para seguir adelante. Yo tengo una teoría al respecto. Exactamente, otra de mis cientos de teorías estúpidas tratando de conceptualizar y analizar la vida. Pienso que hay momentos que se quedan grabados en tu cabeza con tanto fuego que son capaces de producir una sonrisa cuando realmente lo necesitas tan sólo con rememorarlos. Son las típicas sensaciones que te producen un bienestar absoluto, olvidándote de cualquier otra mierda con la que el mundo tratará de atacarnos, dándonos la batería suficiente como para afrontarlos. Esa es, entre otras muchas cosas, las razones que creo permiten a una persona afrontar las dificultades con mayor soltura y rapidez que otra, aferrándose a estos recuerdos para obtener las fuerzas necesarias.

Dentro de estas experiencias las catalogo en tres tipos, dependiendo de las sonrisas que producen. Consideraremos la primera esa memoria que te provoca una sonrisa mental, una sonrisa en el cerebro. Es la más global, pudiendo ser su raíz algún tipo de logro intelectual, un movimiento que te levante el ánimo o incluso vivencias políticas. Personalmente, y más en estas fechas, consideraría como tal el sentimiento que me provocó cuando el 15M se produjo. Esa sensación de volver a ser capaces de quemar el mundo si es necesario. Cuando siento que las generaciones de hoy en día van a llevar al desastre el mundo donde vivimos trato de recordar ese sentimiento, y aunque no lo compensa, sí me ayuda. Pero este tema prefiero tratarlo en exclusiva en otra sesión.

La segunda de las sonrisas serán las sonrisas del bajo vientre. Ya sean vivencias sexuales como tal o simplemente con tanta tensión sexual que se enganchan a tu conciencia sirviéndote como fuente o inspiración para otro tipo de alegría. Hay ocasiones en las que este tipo de vivencias nos conceden un bienestar tan profundo que me he sorprendido de lo duradero que se convierte.

El último lugar lo reservo a las sonrisas del corazón, las cuáles espero que no sea necesaria explicación alguna, porque si habéis vivido una experiencia así la entenderé. Producen una sensación de conexión y alivio que no se puede comparar. También he de reconocer que estos recuerdos pueden llegar a ser dolorosos si no se saben aprovechar. No se trata de vivir únicamente exprimiendo una y otra vez estas vivencias, sino usarlas como gasolina para encontrar fuerzas buscando de nuevo más de estas sensaciones. Encontrando razones por las que seguir creciendo.

Tras el salto, para terminar, me gustaría añadir un fragmento de una de las historias que suelo publicar en mi otro blog, ya que viene realmente al caso. Disfrutadla.


'No te preocupes, ya tendrás oportunidad para compensarme', dije saliendo de ti y regalándote unos segundos para que recuperaras la conciencia, 'pero ahora vuelve a ser tu momento, mylady. Y sólo importa tu disfrute. Porque de eso va este juego.', decía mientras besaba con ternura tu brazo subiendo hasta el hombro, 'por mucho que te domine, por mucho que juegue con las palabras o te pelee; el juego sólo tiene un objetivo. Mi intención es que cada mañana que te levantes con un mal pie y sufras un mal día, puedas recordar que tienes a alguien que hará cualquier jodida cosa para hacerte feliz, para hacerte gozar o para hacerte levantar y luchar. Sólo importa lo que encierran las paredes de tu piel', te decía mientras mis yemas subían de tu rodilla hasta tu rostro, 'y lograr que siempre que sea posible encuentres una idea que te produzca una sonrisa, ya sea aquí', apoyé mi mano sobre tu sien masajeándola un instante, 'o aquí', apoyé tu mano sobre tu monte de venus llegando casi a los labios mayores, 'o aquí', y dejé mi mano en tu pecho izquierdo sintiendo tu latir desbocado provocado por nuestra intensidad. 'Y mi papel en el juego es, siempre que sea posible, renovar ese catálogo de ideas felices para que puedas acceder a ellas más fácilmente'. Concluí buscando con mis labios los tuyos jugosos, y fundiéndonos una vez más en el placer de compartirnos.
 Fragmento de Festejando la Victoria (V)

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