13/7/12

Excepciones

Todos lo hemos vivido alguna vez, o por vuestro bien eso espero, lo que pienso es que parece que preferimos olvidarlo o no lo asimilamos, pero seguro que lo hemos sentido. Me refiero a esa idea o concepto que tenías perfectamente fijado, que estabas totalmente seguro de ello o incluso sentías que te definía como eras pero que, sin explicación alguna, en una ocasión decidiste saltarte o involuntariamente olvidaste. Y me refiero a una ocasión que normalmente está condicionada por una persona por la que te das cuenta que no tiene sentido todo lo que antes creías importantísimo si eso entra en conflicto con esa persona. Y en este caso no me refiero a que tu pareja te incite a bautizarte para poder casarte por la iglesia o te haga meterte en una carrera porque estaría más orgullosa de ti; sino estoy hablando de cuando te saltas esos principios de motu propio porque, simplemente, por esa persona te apetece hacerlo. Y fin. No hay que dar más explicaciones.

Pues hoy quería dedicar un texto a esa sensación y a todas esas personas que la han sentido alguna vez porque me recuerda que, por muy bien cimentadas que tengas las bases, por muy seguro que estés de algo o aferrado a ello; me parece un acto sabio ser capaz de por una razón importante ya sea algo o alguien, ser capaz de hacer una excepción. Porque realmente eso es lo que nos hace crecer: ser capaces de entender que por muy rígidas que parezcan las cosas, siempre debe haber excepciones. Y son esas las que debemos plantearnos cuándo están bien escogidas y cuándo no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario