31/8/11


¿Recuerdas ese cosquilleo que te ardía en los dedos al apartarle el pelo de la cara y deseabas que se contagiase a la mano entera? ¿O esa sonrisa de palurdo que se te ponía con cada palabra graciosa que soltaba, que no podías evitar por muy absurdo que parecieses? ¿Recuerdas las ganas de conocer a alguien nuevo que parece tener un millón de cosas que ofrecerte? ... Pues yo casi me había olvidado, y se echaba de menos la ilusión. Ya sólo falta dejar que fluya y saque lo mejor de mí... ¡o eso espero!

29/8/11

Pilas recargadas, fuerzas suficientes y lo más importante: ilusión. Todavía no sé por qué ni por quién pero... ahí está, in crescendo, acumulándose para luego explotar y pringar a alguien hasta las trancas. ¿Alguien necesita un peazo de esperanza?

24/8/11

"Cuando más harto creo estar, vienes tú y me salvas.."
Porque nos es necesario de vez en cuando. Más que necesario.. ¿Qué cojones sería la vida sin esa pequeña dosis de magia de vez en cuando? Y... ¿Qué otra cosa se podría catalogar de magia mas que esa carita que me traes y...?
Ni te rayes, las cosas no se pueden describir. Además, antes que describir, prefiero re-vivir.

22/8/11

Esta noche estoy convencido que las esposas se inventaron para los juegos de cama. Nada de restricciones. Nada de complejos. Nada de gilipolleces. Sólo yo, el mundo y risas. El resto sobra.

20/8/11

Era el momento. Sin duda, era el momento de dar el paso. Ver tantísimas estrellas fugaces sólo puede significar que es mi momento, y creo que es ahora cuando tengo que crecerme. Cuando tengo que creer en mí. Nada de dudar en lo que hago, nada de dar pasos en falsos ni arrepentirme. Sólo tengo que tomar las decisiones que yo crea y apechugar. Y disfrutar, obviamente. Que eso no se me olvide.

16/8/11

Y lo sea lo que Dios quiera, en cuál no creo; o lo que el destino espere de mí, el cuál tampoco me guía. En definitiva, será lo que tenga que ser, lo que yo y mis ... decidan que haya que hacer. Mucha mierda y suerte a todos. Yo no la necesito. Tampoco creo en ella ya.

15/8/11

Hacía mucho que no me sentía tan solo. De verdad, hacía muchísimo que no tenía la sensación de estar solo ante lo que suceda... de no poder tener un abrazo si lo necesito, unas risas o lo que fuera. Y sé que la culpa es solamente mía, que he tomado malas decisiones. Pero aún así me da pánico demostrar que estoy así de mal para que los de mi alrededor no se preocupen, o piensen que son culpables. Obviamente que no, lo he hecho mal y este es el resultado. Pero me sorprende que sienta el agobio que no creía sentir desde hace... dos años. Se me pasará, siempre se pasa. Todo se cura con el tiempo adecuado.

14/8/11

Te tengo demasiado cariño y demasiado deseo. Es duro pero es un hecho. Y, encontrar la armonía entre los dos, como me gustaría, es lo que lo hace realmente duro. Eres demasiado. Y no me gustaría que un sentimiento devorase al otro, sino que conviviesen. Y, sencillamente, no sé cómo hacerlo. Tengo el día lleno de dilemas como que no sé si ahogarte en un abrazo u ocupándote la boca para que no puedas respirar. Es extraño. Todo se me haría muchísimo más fácil si no fueras tan.. tú.

13/8/11

Y siempre serás el mismo subnormal que, con una simple sonrisa, volverás a ilusionarte y a tener fuerzas para lo que haga falta. Porque hay cosas que no pueden cambiar de uno mismo. Además, tienes suerte de no tener tiempo para escribirlo... sino sería una crítica bastante más dura, extensa y cruel. Que conocerme tan bien... me permite ser bastante bueno criticándome. Sé dónde herir.

12/8/11

Una cosa más me quedó por decir ayer:
"Ella me descontrola, cuando estamos a solas...."

11/8/11

Símil

Como si me hiciera falta alcohol para reflexionar esto. Bueno, siendo sinceros es cierto que ayuda, pero la mayor parte de la culpa sigue siendo tener tantísimo tiempo a solas y, sobretodo, caminar. Si camino, pienso. Puedo poner cientos de miles de decibelios en mis oídos que, si no caigo inconsciente, pienso. Para bien o para mal, pienso. Hay veces que salen obras maestras de esos estúpidos pensamientos, en otras ocasiones simplemente comentarios graciosos y la inmensa mayoría friqueces que ni siquiera merece la pena nombrar. Otras... pienso. En todo su esplendor. Pienso y reflexiono sobre mi vida, sobre mi alrededor y sobre cómo me comporto... suele ir seguido de un sentimiento de culpa, de desprecio hacia mí mismo o de auto-decepción. Otras veces simplemente me alabo, ya que hay alguna cosa en mi vida que sí haya hecho bien. Muchas otras me limito a tratar de entender mis decisiones... y ahí es donde entra el dilema. El "¿Por qué", e incluso muchas veces el "¿Por qué no?". Y... es duro. Esa es la palabra que mejor lo decide, es duro. Francamente duro. De hecho... no sé porqué me estoy ilusionando, si no debería. No sé porqué estoy intentándolo, si no debería. No sé porqué estoy pensando a todas horas maneras de acercarme... si es que ni siquiera sucederá. No debería. Y lo más importante... en estas cosas se necesitan dos factores, y si uno falla no tiene sentido la operación. De nada me sirve planear un atentado contra la SGAE si ni siquiera existe la SGAE. Bueno, la mejor metáfora sería que sí existiese pero que no tuviese relación conmigo, o que fuese tan de refilón que ninguna parte de mi vida tuviese relación con la entidad, incluso llegando a no tener relación alguna con ningún 'Autor' continuando el símil.

Entonces... "¿Por qué?", ¿Por qué no soy capaz de evitar planear ese atentado? Simplemente me limito a planearlo de una forma o de otra. Buscando la manera más óptima. La manera en la que la SGAE disfrutase más con la acción (he escogido absolutamente bien el ejemplo, sin duda alguna). No sé si es por el simple hecho de la necesidad de estar planeando un atentado... porque entonces podría haber escogido otros objetivos. La Asociación de Vecinos de Alcalá es mucho más asequible que atentar contra la SGAE, y sobretodo, trae menos repercusiones legales. Y si fuera por un simple reto, habría probado con el Pentágono, o Dios sabe qué. Pero no... a por la SGAE. Puede ser simplemente porque sea eso. La SGAE siempre ha estado ahí, entre las sombras. A veces se les ha admirado, otras odiado y... para mí simplemente ha sido... algo presente. La mezcla justa de curiosidad, admiración y... atracción, sin duda. Pero hay otras asociaciones que podrían haber juntado todas esas características y... "¿Por qué?". No entiendo cómo puedo ser tan... sencillo. No es por su cuerpo (obviamente refiriéndome a todos los integrantes y trabajadores de la misma), o no sólo por eso. Cierto es que la recepción es espectacular, sencillamente. La dirección se defiende bastante bien y es bastante... agradable. Incluso en ocasiones graciosa. Eso sí, toma algunas decisiones que se escapan absolutamente a mi entendimiento... pero siempre he sentido que eso forma parte del juego. Eso sí, cuando Martín toma el mando en esos ligeros golpes de estado en la organización... hay ocasiones que se vuelve una auténtico show el comportamiento. Y la mayoría de ellas para bien, sin duda alguna. La primera línea de artistas tuvo mejores épocas, pero sigue habiendo ocasiones que me dejan perplejo y anonadado... quizás demasiado, pudiendo considerarse burdo. Del la retaguardia, los trabajadores del sótano, ni hablemos. Simplemente no tengo palabras. Prefiero no describirlo. Se me iría de las manos. Hemos dicho que su recepción en general es espectacular... sin duda. Pero no es sólo eso. Probablemente la secretaria de Telecinco también sea espectacular y no por ello planeo el atentado. Sin duda alguna... la única solución digna que se le puede encontrar a la pregunta es 'Porque no puedo evitarlo. Simplemente sé que no debería pero es algo que necesito. Sean cual sean las consecuencias. La cárcel me parece digna del riesgo de que todo salga a la perfección, sean cuales sean sus posibilidades'.

El "¿Cómo?" se me antoja demasiado difuso. Puede referirse a ¿Cómo he llegado a esta situación?, que se parecería a la respuesta anterior, con el matiz de que... sabe Dios lo que pasa por mi cabeza; o puede referirse a ¿Cómo realizaré el atentado? Eso requiere su planificación. Pierde muchísima magia si todo se planifica en vez de improvisar en el momento, descubriendo hasta dónde podría llegar sin guión alguno. Pero... hay cosas que son necesarias de prever. Tal vez no para asegurarme el éxito que... bueno, es un punto respetable, pero pierde toda la gracia cuando sabes que vas a sacar un seis siempre en la tirada del parchís. Sino tal vez saber cómo debería reaccionar ante ciertos impulsos para hacerlo más... espectacular. Sin duda esa sigue siendo la palabra. Para que lleve a conseguir algo tan épico que la propia SGAE disfrute incluso más que yo con el atentado, aunque tenga que denunciarme de todas formas. "¿Cuándo?" no tiene sentido preguntárselo. Cuando surja, es obvio. Habrá que ayudar un poco para que ese cuándo sea en una fecha válida, donde no acabe con demasiados inocentes o le pille en una buena temporada al equipo divertido, para que admire la ejecución de los hechos. Pero sigue siendo demasiado... insustancial. No es el momento de esa pregunta. Si por mi fuera, sería ya, en este mismo momento. Pero todavía hay que terminar la preparación del Napalm, la gasolina y los explosivos plásticos. Si me quiero asegurar algo de verdad... espectacular.

Sin duda... creo que ha quedado clarísimosegurísimo. Pero sí es fisiólogico como... estar oliendo a pan recién hecho durante todo el día y darte cuenta de que estás hambriento. No de pan, no de una hogaza de centeno ni siquiera de una pizza de Campo di Fiori. No. Es de ese pan. Pero te aguantas, porque... no puedes, ni siquiera se te está permitido entrar en la tienda. Pero... lo hueles. Y no puedes evitar soñar con él. E incluso lo ves. Hay momentos que ves a gente salir por la puerta con una baguette bajo el hombro, entre periódicos. Y... lo deseas. Más de lo que deberías, no es tu pan. Más de lo que deberías, no vas a disfrutar de la sabrosa ensalada que te han preparado. Pero entonces, además... sin querer se cae unas pocas de esas migas mientras pasa a tu lado otro cliente. No sabes si las propias migas han saltado para despertarte curiosidad, porque ellas también deseasen que tú las comieses o... Dios sabe qué. Pero la necesidad está ahí. Me moriría por ese pan. Aunque fuera por tenerlo sobre un altar, intocable, y venerarlo con todos los deseos que fuera posible. Aunque tuviese que ir persiguiendo a todos los clientes que son dignos de él hasta que quedase un mendrugo pequeño, y ayudarle como me fuese posible hasta crecer y crecer. Volvería a ser otra vez una baguette espectacular. Y yo seguiría...

Qué cojones. Es tarde. Necesito dormir. Necesito seguir soñando. No debería, lo sé. Ni soñar ni estar así. Sé que no te hace bien y... es lo que de verdad me duele. Yo soy un jodido caso perdido y tú, la causa de mi perdición. Lo siento, un juego de palabras exagerado pero fiel. Estas cosas no se escriben aquí, ni se escriben así, pero ten cojones a saber declarar estas cosas como Dios manda sin provocar un jodido mal rollo. Y... si las cosas salen bien...

8/8/11

Alargar

Estas cosas antes me ayudaba esculpirlas a base de golpe de teclado. O escupirlas. No lo recuerdo del todo bien. Así que a ello nos ponemos. Sin anestesia. Sin un buen Chivas. Sin siquiera música para que fluya. Simplemente cerrar los ojos y dejar volar los dedos, que ni siquiera pueda asimilar lo que escribo hasta después de leerlo.

No, no es por otra persona, eso es un hecho tangible, claro y contundente. Y por eso mismo debía comenzar así. Para dejarlo bien clarito. Y creo que aquí es donde acaba toda la parte sencilla de la situación... el resto es más difuso, más caótico, más humano para ser sinceros. Simplemente... se ha apagado la magia. Bueno, seamos sinceros del todo, se me ha apagado la magia. Y... no es porque sea mi propia reflexión o quiera limpiarme las manos, obviamente soy exactamente la mitad de responsable como mínimo de esta situación, pero... siento que ha habido muchas situaciones que han ido mellando la magia. Hay un cierto límite de veces que puedo soportar que desconfíen de mí, que tenga que rendir cuenta por lo que haga o escriba o tenga que renunciar a potenciales amistades por el simple hecho del bienestar contigo... y ese número de veces, creo que se ha superado. No porque seas la culpable en repetirlro, ya que tú eres como eres. El problema yace en que yo no estoy preparado para tener una relación así. La primera vez que pasó, me chocó pero lo permití... y a lo mejor ese fue el error. No me arrepiento, puesto que creo que ha sido una de las experiencias en mi vida más... transcendentales. Pero debería haberlo hecho. Porque ahora es cuando no puedo más. Y en vez de acabar como debería acabar... terminará como si estuviera agotado. Porque es como estoy. Pero así es.
Y por eso llevo meses tratando de hablarlo contigo... porque es un hecho que acabaría estallando. Por eso te lo había comentado más de una vez, aunque tú me pidieses que continúamos fuera cual fuera el precio aferrándonos a algo que tal vez nos ha dado más dolor que recuerdos bonitos... y eso me mata. Has sido especial. Has sido importante y has sido increíble. Y me dolería que lo que acabásemos recordando cuando mirásemos una foto nuestra fueran estos últimos meses de mierda en vez del resto del tiempo que ha merecido la pena. Pero... bueno. Ya está decidido. No porque yo sea horrible y haya decidido que todo tiene que terminar... espero que lo sepas. Sino, simplemente... he dejado de sentir. Deja de haber magia. La rutina se ha convertido en pesadez y todo lo que realizamos como pareja es un comflicto. Obviamente tenemos buenos momentos, y misteriosamente coinciden la mayoría con todo aquello que no define una parejaa. Reímos, porque es imposible que no rían dos jóvenes que lo único que hacen son tonterías. Y... sé que me quieres, sé que me quieres con locura. Pero... por eso mismo. Yo no podría estar a la altura. Yo ya no puedo seguir con esta situación. De verdad... lo siento. Pero me parece necesario que lo tratemos y... sabes que sólo se nos ocurre una solución. Alargar algo por el simple hecho de hacernos más daño... no tiene ningún sentido.

Creo que esto es el resultado de tratar de alargar algo que no debería haber sido así y... espero, de verdad espero, que no lo hayamos alargado demasiado como para perderte como persona. Porque eso sí que me arrepentiré muchísimo.

6/8/11

Beso

Eso, por sí solo, no hubiera desencadenado todo lo que pasó. Quedó en el aire y pocas veces volvimos a nombrar que había ganado esa puesta, y obviamente no había encontrado el momento en el que pedirte el beso. Desde entonces tú habrías puesto en el suelo un par de noches que te lo pediría esa misma, y a mí me hubiera encantado habértelo pedido un centenar de veces. Pero por suerte, no lo hice. Normalmente estaba en el olvido, pero a veces recordábamos qué me debías y... nos hacía gracia. Era como esperar el momento de la ejecucción estando en el corredor de la muerte. Sí, es una analogía un tanto... bueno, parece absolutamente fuera de contexto. Pero en cierto modo yo lo veía así. Esperabas el momento con cierto miedo, pero esperanzado. Sabiendo que después nada sería igual. Temiendo que sea demasiado pronto o demasiado tarde, sabiendo que después todo estaría condenado a... ¿y si nos gustaba demasiado? No, no era el momento de pensarlo. Con otra de nuestras estúpidas apuestas, habíamos llegado a la conclusión de que, si te lo proponía, no podías decirme que no a bañarte en una buena. Bueno, rectifiquemos, en LA fuente. La única que, de camino a casa, me he imaginado desde hacía demasiado tiempo que compartiría con una persona especial. Primero bañándonos. Luego... bueno, los límites de mi imaginación son bastante lejanos, así que me ahorraré detalles. Pero yo me conformaba con compatirla contigo lo justo para que cuando pasases por delante no pudiese evitar pensar en mi; y lo necesario para crearnos un momento mágico. Y esa era la noche. No parecía nada especial, de hecho, simplemente habíamos salido a cenar a un sitio relativamente barato, habíamos hablado en un banco durante horas, después jugamos a las cartas y nos tumbamos en el césped a hablar a ratos sin tener ya miedo de quedarnos en silencio el uno con el otro. Eso es algo que realmente valoro. Si teníamos algo digno de la situación por decir... lo decíamos. Sino, nos limitábamos a mirar el cuelo mientras las yemas de mis dedos recorrían tus hombros y hacían consquillas hasta el antebrazo. No nos mirábamos, pero nos sentíamos. No sólo en el ámbito físico; sabía que tu pelo estaba ahí y me daban escalofríos cada vez que rozaba mi nuca por el viento, sentía tu olor emanando de él y envolviéndome como un aura, oía tu respiración y me sorprendía al sentirla acompasada con la mía, por lo que trataba de respirar profundamente para perder el tiempo y no creyeses que era un crío buscando tu compás... no, no era simplemente eso. Te sentía. Te sentía cerca. Sentía como tu calor emanaba de tu brazo y me recorría desde la yema de mis dedos hasta sentir un cosquilleo en los dedos de los pies. Yo trataba de cerrar los ojos y enviarte toda la energía positiva por esa brecha que parecía unirnos cuando mi dedo se apoyaba en tu brazo. Imaginaba palabras y te las enviaba... tratando de sentir cómo la energía positiva crecía en mi cerebro o en mi corazón, y se iba transmitiendo por los vasos o los nervios hasta el dedo para pasar por tu cuerpo. Todo eran palabras... importantes, digamos. Y me sorprendí a mí mismo por lo estúpido que parecía. Hasta que al transmitirte la idea del beso sentí como tu brazo se erizaba y te sacudía un levísimo escalofrío. Ladeé un poco la cabeza para mirarte. Tú lo sentiste, me mantuviste la mirada y me sonreíste. "¿Lo habrías sentido?", me extrañé pensando... creo que ese era obviamente el momento del beso. Me lo estaban gritando las señales. Te seguía mirando y cada vez sonreíamos más. Abrí ligeramente la boca, pero te adelataste...