1/11/11

¿De verdad dudas...

Me tatuaría tu nombre en la frente con mi propia caligrafía; me pintaría de Geisha para llamar a tu portal vendiendo galletitas saladas con la esperanza de que seas tú quién abra la puerta; me vestiría de tuno y con el mejor de mis desafines te gritaría bajo la ventana lo mucho que me gustas, aunque tu nombre sea como el de tu madre; escribiría en todas las pizarras de tu universidad una a una las razones por las que me encantas; exigiría que me condenasen a la silla eléctrica para poder pedir como último deseo un beso de tus labios; subiría a youtube mi versión del videoclip de la canción que más te guste, para que me recuerdes cada vez que la oigas; colgaría en el Prado a escondidas un retrato tuyo hecho con mi mejor Alpino; recortaría el césped del Retiro para dejarte mensajes por si te levantas con ganas de dar un paseo; te dejaría las picotas que tanto te gustan desde tu puerta hasta la mía, para que no tengas escusa para decirme no; robaría la farola donde coincidimos la primera vez para que no te falte luz en la mesilla; trabajaría en Correos para poder colarte un osito de gominola en cada una de las facturas que te lleguen; me vestiría de época para recitarte cuando salgas a la calle todo un acto del Tenorio; me pondría un saco de papas para que tu disfraz cutre de Haloween no llamase tanto la atención; saltaría de espontáneo en cualquier partido de fútbol al marcar un gol para celebrarlo con una camiseta con tu cara; me pondría un frac para intimidar a tu profesor en una tutoría si te suspende injustamente... ¿de verdad dudas cuando te digo lo que haría por ti? No te puedes ni imaginar al nivel que llegaría.

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