9/10/12

El porqué de mi sonrisa (I)

Me resulta sorprendente que sensaciones que antes sólo encontraba imaginando al escribir, ahora las esté viviendo en primera persona. Que los mejores cuentos, donde describía situaciones mágicas y me hacían soñar por una noche con sentimientos increíbles, ahora los estoy viviendo. Y, además, los estoy viviendo cada jodido día. Todavía sigo sorprendido, la verdad, e intuyo que algún día me acostumbraré a esta sensación de levantarme con una sonrisa cada mañana... pero créeme, por mi parte, siempre te estaré agradecido de cuánto has llegado a despertar de nuevo en mí. Gracias. Sin duda.

Por otra parte, sé que sigues sin entender porqué te necesito, y es lo que voy a intentar describir en este papel. Espero que entiendas que es una tarea realmente complicada y tal vez no sea capaz de transmitirte lo que me provocas, y trataré de separarlo en varias entradas pero... allá voy.


Podría comenzar describiendo esa sensación de sentirme querido. Es cierto que, en otras ocasiones, me han querido y me lo han demostrado, pero contigo realmente me siento especial. No me siento adorado, como en otras ocasiones me ha sucedido que es una sensación agridulce que no me termina de convencer, sino me doy cuenta que soy importante para ti, que me valoras muchísimo y que te gusta mantenerme a tu lado. Siento que estarás para apoyarme cuando lo necesites, que tratarás de ayudarme y me comprendes... para como soy, no es poco, créeme. Pero contigo tengo la sensación que somos tan similares en algunos aspectos que me costaría encontrar alguien que me llegase a comprender tan bien. Eso me parece realmente importante.

Estoy seguro que has sentido alguna vez la sensación de que alguien trata de ser tu ángel de la guarda cuidándote, ya sea en la sombra o en primera línea. Algo similar también me lo produces tú. Sé que si un día necesito hablar y dejarnos de juegos, dejarás cualquier tontería de lado para centrarnos en eso; como también si lo que necesito es reírme para despejarme te comportarás exactamente al contrario, haciendo tantas tonterías como sea necesario. En realidad, me haga falta lo que me haga falta, sé que puedo encontrarlo a ti porque sabes darte cuenta cuando realmente te necesito y, si es posible, ofrecérmelo. Eso es algo que mucha gente trata de dar pero no son capaces, o no saben como hacerlo.

Sí, lo sé, al leer todo esto crees que te estoy sobrevalorando porque piensas que no eres tan capaz como yo te veo. Cariño, por esa razón estoy escribiendo esto, para poder darte algunas pinceladas de cómo te ve mi iris y entiendas porqué hago todo esto. Entiendas porqué me comporto así contigo. Y entiendas porqué siempre que me miras estoy sonriendo. Ya conoces el cosquilleo que sientes al mirarme y la sonrisa que se te escapa entre los dientes cuando me ves tratando de hacerte feliz... obviamente no soy el único que le sucede, y ambos lo sabemos, es sensación engancha. Engancha demasiado.

Obviamente, y como último matiz, también estoy tratando de escribir esto por una razón igual o más importante: porque te lo mereces. Sinceramente creo que te mereces conocer todo esto, y que yo invierta mi tiempo en tratar de explicártelo... y espero que tenerlo escrito en un lugar donde puedas recordarlo te ayude.

Vale, lo reconozco, también influye un poco el hecho que quiera presumir de ti pero... ¿acaso es algo que no lo haría cualquiera? Si por fin te tengo... llevo buscándote toda mi vida, mucho antes de incluso conocerte, así que quiero gritarlo a los cuatro vientos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario