11/8/11

Símil

Como si me hiciera falta alcohol para reflexionar esto. Bueno, siendo sinceros es cierto que ayuda, pero la mayor parte de la culpa sigue siendo tener tantísimo tiempo a solas y, sobretodo, caminar. Si camino, pienso. Puedo poner cientos de miles de decibelios en mis oídos que, si no caigo inconsciente, pienso. Para bien o para mal, pienso. Hay veces que salen obras maestras de esos estúpidos pensamientos, en otras ocasiones simplemente comentarios graciosos y la inmensa mayoría friqueces que ni siquiera merece la pena nombrar. Otras... pienso. En todo su esplendor. Pienso y reflexiono sobre mi vida, sobre mi alrededor y sobre cómo me comporto... suele ir seguido de un sentimiento de culpa, de desprecio hacia mí mismo o de auto-decepción. Otras veces simplemente me alabo, ya que hay alguna cosa en mi vida que sí haya hecho bien. Muchas otras me limito a tratar de entender mis decisiones... y ahí es donde entra el dilema. El "¿Por qué", e incluso muchas veces el "¿Por qué no?". Y... es duro. Esa es la palabra que mejor lo decide, es duro. Francamente duro. De hecho... no sé porqué me estoy ilusionando, si no debería. No sé porqué estoy intentándolo, si no debería. No sé porqué estoy pensando a todas horas maneras de acercarme... si es que ni siquiera sucederá. No debería. Y lo más importante... en estas cosas se necesitan dos factores, y si uno falla no tiene sentido la operación. De nada me sirve planear un atentado contra la SGAE si ni siquiera existe la SGAE. Bueno, la mejor metáfora sería que sí existiese pero que no tuviese relación conmigo, o que fuese tan de refilón que ninguna parte de mi vida tuviese relación con la entidad, incluso llegando a no tener relación alguna con ningún 'Autor' continuando el símil.

Entonces... "¿Por qué?", ¿Por qué no soy capaz de evitar planear ese atentado? Simplemente me limito a planearlo de una forma o de otra. Buscando la manera más óptima. La manera en la que la SGAE disfrutase más con la acción (he escogido absolutamente bien el ejemplo, sin duda alguna). No sé si es por el simple hecho de la necesidad de estar planeando un atentado... porque entonces podría haber escogido otros objetivos. La Asociación de Vecinos de Alcalá es mucho más asequible que atentar contra la SGAE, y sobretodo, trae menos repercusiones legales. Y si fuera por un simple reto, habría probado con el Pentágono, o Dios sabe qué. Pero no... a por la SGAE. Puede ser simplemente porque sea eso. La SGAE siempre ha estado ahí, entre las sombras. A veces se les ha admirado, otras odiado y... para mí simplemente ha sido... algo presente. La mezcla justa de curiosidad, admiración y... atracción, sin duda. Pero hay otras asociaciones que podrían haber juntado todas esas características y... "¿Por qué?". No entiendo cómo puedo ser tan... sencillo. No es por su cuerpo (obviamente refiriéndome a todos los integrantes y trabajadores de la misma), o no sólo por eso. Cierto es que la recepción es espectacular, sencillamente. La dirección se defiende bastante bien y es bastante... agradable. Incluso en ocasiones graciosa. Eso sí, toma algunas decisiones que se escapan absolutamente a mi entendimiento... pero siempre he sentido que eso forma parte del juego. Eso sí, cuando Martín toma el mando en esos ligeros golpes de estado en la organización... hay ocasiones que se vuelve una auténtico show el comportamiento. Y la mayoría de ellas para bien, sin duda alguna. La primera línea de artistas tuvo mejores épocas, pero sigue habiendo ocasiones que me dejan perplejo y anonadado... quizás demasiado, pudiendo considerarse burdo. Del la retaguardia, los trabajadores del sótano, ni hablemos. Simplemente no tengo palabras. Prefiero no describirlo. Se me iría de las manos. Hemos dicho que su recepción en general es espectacular... sin duda. Pero no es sólo eso. Probablemente la secretaria de Telecinco también sea espectacular y no por ello planeo el atentado. Sin duda alguna... la única solución digna que se le puede encontrar a la pregunta es 'Porque no puedo evitarlo. Simplemente sé que no debería pero es algo que necesito. Sean cual sean las consecuencias. La cárcel me parece digna del riesgo de que todo salga a la perfección, sean cuales sean sus posibilidades'.

El "¿Cómo?" se me antoja demasiado difuso. Puede referirse a ¿Cómo he llegado a esta situación?, que se parecería a la respuesta anterior, con el matiz de que... sabe Dios lo que pasa por mi cabeza; o puede referirse a ¿Cómo realizaré el atentado? Eso requiere su planificación. Pierde muchísima magia si todo se planifica en vez de improvisar en el momento, descubriendo hasta dónde podría llegar sin guión alguno. Pero... hay cosas que son necesarias de prever. Tal vez no para asegurarme el éxito que... bueno, es un punto respetable, pero pierde toda la gracia cuando sabes que vas a sacar un seis siempre en la tirada del parchís. Sino tal vez saber cómo debería reaccionar ante ciertos impulsos para hacerlo más... espectacular. Sin duda esa sigue siendo la palabra. Para que lleve a conseguir algo tan épico que la propia SGAE disfrute incluso más que yo con el atentado, aunque tenga que denunciarme de todas formas. "¿Cuándo?" no tiene sentido preguntárselo. Cuando surja, es obvio. Habrá que ayudar un poco para que ese cuándo sea en una fecha válida, donde no acabe con demasiados inocentes o le pille en una buena temporada al equipo divertido, para que admire la ejecución de los hechos. Pero sigue siendo demasiado... insustancial. No es el momento de esa pregunta. Si por mi fuera, sería ya, en este mismo momento. Pero todavía hay que terminar la preparación del Napalm, la gasolina y los explosivos plásticos. Si me quiero asegurar algo de verdad... espectacular.

Sin duda... creo que ha quedado clarísimosegurísimo. Pero sí es fisiólogico como... estar oliendo a pan recién hecho durante todo el día y darte cuenta de que estás hambriento. No de pan, no de una hogaza de centeno ni siquiera de una pizza de Campo di Fiori. No. Es de ese pan. Pero te aguantas, porque... no puedes, ni siquiera se te está permitido entrar en la tienda. Pero... lo hueles. Y no puedes evitar soñar con él. E incluso lo ves. Hay momentos que ves a gente salir por la puerta con una baguette bajo el hombro, entre periódicos. Y... lo deseas. Más de lo que deberías, no es tu pan. Más de lo que deberías, no vas a disfrutar de la sabrosa ensalada que te han preparado. Pero entonces, además... sin querer se cae unas pocas de esas migas mientras pasa a tu lado otro cliente. No sabes si las propias migas han saltado para despertarte curiosidad, porque ellas también deseasen que tú las comieses o... Dios sabe qué. Pero la necesidad está ahí. Me moriría por ese pan. Aunque fuera por tenerlo sobre un altar, intocable, y venerarlo con todos los deseos que fuera posible. Aunque tuviese que ir persiguiendo a todos los clientes que son dignos de él hasta que quedase un mendrugo pequeño, y ayudarle como me fuese posible hasta crecer y crecer. Volvería a ser otra vez una baguette espectacular. Y yo seguiría...

Qué cojones. Es tarde. Necesito dormir. Necesito seguir soñando. No debería, lo sé. Ni soñar ni estar así. Sé que no te hace bien y... es lo que de verdad me duele. Yo soy un jodido caso perdido y tú, la causa de mi perdición. Lo siento, un juego de palabras exagerado pero fiel. Estas cosas no se escriben aquí, ni se escriben así, pero ten cojones a saber declarar estas cosas como Dios manda sin provocar un jodido mal rollo. Y... si las cosas salen bien...

No hay comentarios:

Publicar un comentario