31/8/11


¿Recuerdas ese cosquilleo que te ardía en los dedos al apartarle el pelo de la cara y deseabas que se contagiase a la mano entera? ¿O esa sonrisa de palurdo que se te ponía con cada palabra graciosa que soltaba, que no podías evitar por muy absurdo que parecieses? ¿Recuerdas las ganas de conocer a alguien nuevo que parece tener un millón de cosas que ofrecerte? ... Pues yo casi me había olvidado, y se echaba de menos la ilusión. Ya sólo falta dejar que fluya y saque lo mejor de mí... ¡o eso espero!

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